Quiero mirar el silencio en tu alma,
besar el trinar azul celeste de las olas,
todos los colores de luces sencillas
me llevan a gozar de tu paz, tu calma
de tus caricias tiernas, locas
que se hunden suavemente en la orilla,
en el horizonte de garzas y palmas
que al caer la tarde mi piel evoca
sagradas melodías de viejas campanillas
corazones que se besan, que se aman.
Es la tarde que pronuncia tus versos
en los labios impuros del poeta,
que lleva en las venas su sangre de fuego
para recitar hasta el fin de los tiempos,
que tiemble el infierno al son de trompetas,
mientras escribo tu nombre en cielo
es la fuente de amor lo que siento
amada y dulce princesa