Parpadeando mirada
hay una voz que me llama,
del antaño bien timbrada
entre suave panorama.
Me recordé en sus momentos
estremeciendo mi esencia,
postergados los lamentos
sin deshojarse sentencia.
Sentí cálidos sus brazos
entre dulzura incitando
y la brisa de sus besos
en mis labios tiritando.
A mi piel se deslizaron
aromas de primaveras,
suspirando se mostraron
liando almas entre laderas.
Lo soñé un poco despierta
adorando su sonrisa,
con melodías cubierta
dijo mi nombre, Eloísa.
Sintiéndome descubierta
volteé a un lado de prisa,
era yo sólo desierta
con ternura que matiza.
Susurré lento su nombre
lo acaricié cuando estaba,
me vi sin ser en su cumbre
ese amor que se contaba.
Va mecido entre reflejos
acariciado en las albas
suavidad de tiempo añejo
deslizado en ambas almas.
Eloísa Covarrubias González.