carminha nieves

PASEO, AL PASADO

                                                          

Me acuerdo de los labios de mi madre pintados de rojo,  de sus sombreritos de verano en paja, con una red tapando la cara, de sus guantes de encaje, era muy presumida sin ser vanidosa. Del lunar negro en su cara. Los zapatos de dos colores, de la cajita de polvos, de mi padre, siempre muy elegante, de brazo cogido, paseando por las calles de Oporto.  De la confitería muy elegante en la plaza del ayuntamiento, donde merendábamos. De la pensión, donde quedaban los amigos de Verin y los visitábamos. De nuestra idas al cine, con la empleada con su linterna pequeñita, para nos indicar nuestras butacas. De las calles llenas de gente hasta la una de la madrugada, conocíamos mucha gente, parábamos a charlar, yo claro era una espectadora, pequeña demás para poder entrar en las charlas.

Ahora pienso, ¿que deseos tendría mi Madre? ¿Que ilusiones tendría? ¿Que le gustaría hacer? ¿Era feliz? No lo se.

Como andaba siempre a mi aire, saltando y jugando con mis mascotas, junta con los caseros por la finca, a regar, a sembrar el maíz, las patatas, calabazas, judías y una infinidad de otras cosas, no he dado mucha atención a lo que mis padres  sentían, si eran felices, si se querían, o si aceptaban como una sino su vida.

Esto me viene al pensamiento, por mi inquietud, en buscar siempre algo, hacer de los sentimientos mi  míese.

Soy muy dada, hablo con todo el mundo, doy alegría a quien esta junto a mí. Pero, dentro de mi pecho, hay tristeza, mucha, ya me he preguntado si soy normal, o tengo alguno desperfecto, intelectual, que me hace distinta. No lo se.

Aun joven, pensaba que seria bueno tener una casita en el monte, bien en el alto, donde mis ojos alcanzaran el infinito y en cambio soy citadina, me gusta la convivencia, perfumes buenos, ropa bonita y presentarme siempre bien, si posible con prendas distintas a las demás. Me gusta ser sencilla,  gastar poco y tener alguien que me diga que estoy elegante.

También  tengo el mayor cuidado en no ser excéntrica, en portarme como una señora ya mayor. Es difícil, pero lo intento. Por esto que soy pregunto a mi  misma, como vivieran mis Padres, de dinero, no lo pasaran mal, pero… ¿y lo demás? ¿Sera que el querer o el amor siempre ha sido igual? Leyendo frases celebres, de grandes pensadores, son iguales a mí pensar. Ellos no tuvieran vergüenza de decirlo. Ahora, parece que hay un tabú que no deja que el ser humano,  no deje vivir su alma y sus sentimientos. Se sufre, mucho, lo digo por mi experiencia,! cuanta cosa no escribo y no digo! Tampoco tengo vergüenza de bendecirme en la calle, si voy de coche, rezo siempre el rosario, no seguido, pero cuando estoy callada. Algo distinto vive en mi, seguro.

No importa que me pongan de lado, ni que me critiquen, estoy acostumbrada, si soy asi, lo acepto, pero lo que quería era saber, como pensaban mis Padres y se fueran felices.

Deseo que si, que por lo menos no se hayan dado cuenta que no lo fueran y vivieran la vida sin hacerlo.

Oporto, 25 de Abril de 2012

Carminha Nieves