Sumergido en un mar
de inquietudes,
abrazo la estrecha posibilidad
de lo que me queda de vida,
y luego sobrevivir
sobre mis gastadas huellas,
al contemplar el horizonte
imperecedero de tu compañía,
que no es mas que la resulta
de un amor eterno,
en el tiempo y el espacio,
ráfagas de aire renovador
en mi alma,
te has convertido en la
necesidad impostergable de
tu presencia para vivir,
me observo sobre la superficie
de un desgastado espejo,
y de una u otra manera,
todos los reflejos me
conducen hacia ti,
fluyen en mi corazón los
recuerdos de nuestra existencia,
y no hay razones ni verbo
que me dejen dudas,
por la hermosa vida que
hemos compartido,
sin ápice de equivocarme,
sé que amor como este
solo una vez en la vida…
Reservados todos los derechos de autor:
Carlos Dos Santos Daniel