Te vi llegar,
y al escuchar la extensa melodía de tu voz,
lentamente tu sonido vibro en mi alma,
le vi siguiendo mi rítmico y único compás,
su rastro armónico me dicta la existencia
y al unísono me timbra y desconecta la razón
inicia forte por dulces besos en la aurora
navega suave entre caricias matinales
mueve despacio a mis adentros
y en el adagio del calor del mediodía
camina moderato a media tarde más
vuela andante y cauteloso entre mis brazos
se enreda total ante mi cuerpo,
y con allegro movimiento
presto desfallece unido ami,
en cuanto el sol destaca por la aurora.
Y es que las notas de tu música,
entre sonidos y silencios,
trazan intensas y divinas partituras
por mi cuerpo.
Soy instrumento entre tus manos
me tocas y refinas a tu antojo
y mis acordes se desplazan
al tenor por tus sentidos
entre estéticos cresendos,
son cantos puros reflejados
en el salaz perfil del pentagrama,
rebosante de pasión que es tu mirada.
J.E.Baray
23 de septiembre de 2009