Fabian Amaya

Que me perdonen los poetas

(Mi poesía)

 

Sabrán perdonarme,

espero,

el que hoy escriba

la poesía

como más he querido

desde hace mucho:

sin rodeos,

sin dulzuras,

sin caprichos,

y sin normas.

 

He dedicado algún

tiempo,

a escribir por líneas

el milagro

y la rareza

de la existencia humana.

También he escrito

y descrito

al amor solemne

y egoísta;

al hombre cruel

que le busca,

a la dama que

con toda dulzura

se lo niega.

 

Sabrán ustedes

perdonarme,

por escribir

lo que siempre escribo;

por no seguir

las reglas,

por ser impaciente.

Perdonen

que hoy valore más

la fuerza de una

sencilla palabra,

que la belleza

de una línea

retórica.

 

Ya por tiempos

he vivido,

viendo y oyendo

a mucha gente.

Y sin ser culpable

se me ha condenado;

sin violencia

innata,

se me tildó agresivo.

Pues hoy con mayor

ahínco

y orgullo,

empuño mi lápiz

y escribo

lo que siempre

anhelé escribir.

 

La poesía descarnada,

sin apegos

ni cuidados,

con fuerza y desdén;

y con la mayor

gracia

de llevar la verdad

en sus líneas

y no falsedades

adornadas.

 

He pensado también

que sería virtud

de un poeta,

escribir con odio

o con amor,

pero,

sin darse nudos

ni enredarse

en la dureza

y tristeza

que implica

decir la verdad.

 

Vivo por orgullo

y creo que será igual,

tarde o temprano

tendré que morirme,

mas por hoy

he querido dejarme

libre

y escribir

mi poesía abierta

y descarnada.

Perdón entonces

por ésta culpa…

 

Perdónenme entonces

los poetas,

escritores y letrados

si he profanado

la bella poesía

con mis letras,

pero no he dejar

de pensar,

que siempre

me valió más

pedir perdón

que pedir permiso.