En el caos de mi precipitada vida
sobran recuerdos sigilosos.
Rasguñando el alma
los encadeno uno a uno,
formando una frazada cobertera
con que cubrir mis borrascosas noches,
cuajadas de soledad.
El corazón
espera una ilusión colmada de ternura.
Un mujer
descongelando hielos amorosos,
untando caricias en el cuerpo,
rasgando las tinieblas
que acongojan mis pasiones.
Esta vida sin ilusiones
no es fácil vivirla