Lo encontré en Madagascar,
entre palmeras y azules
aguas , de transparencia,
al sonido del BAM … BAM…
Cruzamos tardes de auroras,
enarbolados de sueños,
dormimos entre las algas
y arrecifes de coral.
Teníamos piel de espiga,
dorada como en Castilla,
los campos de mazapán,
de seda ,pétalo y mar.
Era de manjar el aire,
embriagado de misterio,
que acariciaba en un beso,
de mango y maracuyá…
Entre sosegados tiempos,
de líricos sentimientos
cristalinos pensamientos,
que abrazaban libertad.
Lo encontré para vivir,
mágicas cumbres de aromas,
de blues y mil canciones ,
que en mi lo hacen inmortal.