Pregunto
si te preguntás
qué hacemos
el uno con el otro.
A qué se vienen
mundos diferentes,
edades diferentes,
y una misma urgencia.
Pregunto
si te preguntás...
yo me pregunto.
Y si no hay respuesta,
intento de explicación
o grandioso motivo.
Este cuarto
encierra
el único mundo
que compartimos:
el sudor primero,
después las lágrimas.