El sonido retumbante de estas campanas,
Anuncian sigilosamente la llegada de la noche,
Las luces se prenden en esta oscura ciudad,
Y los sueños se acuestan a dormir,
Esperando a ser buscados en el amanecer.
Las ciudades se tildan de melancolía,
Sus puertas y ventanas se pintan de nostalgia,
Cada gota de tristeza se esparce en el viento,
Cada gota de lluvia hecha su roció en este invierno latente.
Las ideas siguen escondiéndose en la negrura de las nubes,
Mientras que nuestros rostros se sumergen,
En la espesura de esta enorme ciudad de recuerdos.
Mientras que el sonido del silencio,
Colapsa entre las paredes de estos edificios de puras lágrimas.
Cada estrella sonante se convierte en una mentira,
Cada grano de arena y sal se vuelve espuma en el mar,
Cada error cometido es oxigeno del prometido,
Cada desilusión es solo parte de una muerte más.
Y así estas ciudades se bañan en melancolías,
Y Así estos hogares se levantan,
Encima de cementerios de amores muertos y sueños rotos
Y Así estos altos edificios se construyen,
Encima de la ruinas de mis pasadas agonías,
Y de mis presentes sinfonías de tristeza.
Pero ya nada importa en los callejones de este adiós,
Ya nada importa dentro de estos bares de ebrios recuerdos,
O Quizás es solo que la esperanza decidió tomar un paseo,
Por las alcantarillas mas sucias de estas calles de melancolías.
Y es que las ciudades se tiñen de inmensas melancolías,
Por falta de amor, pasión o quizás razón,
Y es que estas ciudades de pierden en el olvido,
Por que el temor se ha hecho parte de su rutina,
Por que la ternura se perdió en la suave idea de que alguna vez existió.