El olfateo
Perfúmate esta noche con ternura,
que Ted Lapidus se quede en su frasquito,
que se quede en su agujero el infinito,
que sólo yo te huela en la espesura.
Y aceche y te desnude en la cintura
de un sueño en el que junto a ti visito
las rosas del jardín en que te habito
y te amo y te poseo sin premura.
Permíteme que huela tu estatura
de rosa, de coral, de ansiado grito,
en medio del deseo y su montura.
Y luego bésame, que yo te invito
a perfumar la noche de dulzura
y a eternizar su aroma favorito.
24 04 12