Era una tarde bella, extremadamente hermosa,
tu mirada acariciaba mi mejilla,
los pétalos de tu jardín eran suaves y frescos,
Eran rosas frescas como el agua de una cascada,
tu sonrisa como una mariposa enamorada.
En ese momento, pensé,
Corrí a abrazarte, a besarte, a sentirte mía,
sentí como la pasión me recorría,
Sentia en mi cuerpo que algo se desprendía.
Sentía como mis besos paso a paso te mordían,
mis manos tu cabello negro recorrían,
mis labios en tu hermoso velo se envolvían,
Explorando en tu cuerpo desnudo una fantasía.
Veía como el néctar de tu rosa brotaba en mi cara.
Me embriagué y llore al ver tu corazón entregado.
Me despierta la suavidad de tu velo y tus besos,
Tus pétalos se unieron a mis sedientos besos,
donde nos amamos y te sentí mía en otro tiempo.
Te sentí mía, fui tuyo, fuimos dos y solo uno,
Atrapados en abrazos, en fundidos besos,
Donde no existen límites, ni distancias,
Ni barreras para amarse,
donde se siente el amor, y la pasión al sólo tocarse,
tu mirada fue la causante,
Que de ti nuevamente vuelva a enamorarme.
Un Jardin de Poemas. Creative@2011.
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