Una mirada
despertó las emociones a bandadas,
penetró el lóbulo fino de mis ojos,
me leyó las fantasías más guardadas,
correteó a nervio suelto mis caderas,
arrasó con la cosecha toda entera,
anuló tres latidos en el aire
y abrió una a una mis fronteras.
Tambaleó todas mis bases de cemento
y de hierro forjado a fuego lento,
destruyó todo lo que había creído
renovando sin querer mis pensamientos.
Me elevó y me cayó como una pluma,
en sus ojos, fui un espíritu en la bruma,
me morí y resucité en su mirada
fue el pan después de sufrir hambruna.
Esa mirada,
invadió mis soledades conquistadas,
envolvió mi corazón paralizado,
fue el comienzo de pasiones desbordadas.
Esa mirada,
fue a mi vida un soplido de ternura,
un volcán de esperanza a mi amargura,
el coraje de certezas encontradas.
Una mirada
cautivó mi indiferencia simulada,
ocupó cuatro cuadernos de poemas
y ahuyentó cada tristeza de mi almohada,
descarrió de sus caminos a mis sueños
que viraron reclamándolo su dueño,
fue cobijo en las horas mal gastadas,
florecí de tanto amor en su mirada.