Desde la cuspide del mundo contamplo la diestra y la siniestra de la traicion, y me rio sarcásticamente de sus acciones. No me atrevo a bajarme de mi propio orgullo, porque es lo unico que me queda.
Los fantasmas rondan ascendentes a mi cuerpo, tratando de endulzar mis oidos con sus blasfemias y engaños. Y la tentacion, la tentacion se anida en mi mente, y tambaleo de lado a lado mas proximo hacia el abismo.
Es una vorágine de indecisiones la que llevo a cuestas, pero he mordido el seductor ansuelo del demonio… una trampa perfectamente planificada. Y caigo por la pendiente empinada, fuerte y dolorosamente hacia las fauces de la perdicion.
Y mi cuerpo se cubre con heridas, y la sangre fluye y alienta al dolor intenso de mi alma. Me torno violento y rabioso, eso es lo que la bestia de mi pretendía, para poder ser el objeto de la ignorancia y el desprecio de la gente.
El amor me da la espalda, reina la indiferencia y el resentimiento en ella. Esta muy distante, tan distante como la tenue luz de una estrella que brilla en el firmamento. Sujeta y enrollada a su cabeza yace una serpiente, mostrando si bifida lengua, mostrando sus filosos colmillos e inyectando su veneno diariamente.
Que sera en lo que me he convertido, en un orgulloso y egoísta, en un vanidoso y vil mentiroso, o solo soy una inerte marioneta de la mala suerte.
Lo que se es que mi suerte esta echada, el amor es una utopia, mi vida es un laberinto de tinieblas eternas donde la luz nunca aparece.
Me tendria que haber quedado en mi cúspide, nunca debi haberme asomado hacia la perdicion. El destino se frota las manos, el tiempo va mas rapido que nunca, todo es un silencio de muerte, todo es gris.
Esta ya no es vida, mas si siempre vivo muriendome si ella no está. En donde estaras amor, porque ya no me buscas, que sera de mi miserable vida sin ti… sin nadie que me cuide. Cuando las fuerzas de mi ser se hayan esfumado, caere en el sueño… del nunca despertar.