Solitario y hambriento animal de raza lebrel,
En tu pasado, historias de trofeos de reinados,
Corazón de noblezas y siempre fiel,
Hoy solo queda en tu cuello la cicatriz del lazo.
En tu mirada se refleja que fuiste abandonado,
Y en tus patas ,que fueron ligeras como el viento,
Miembro que tulliste, por el placer de tu amo,
Buscas entre los desechos para aplacar tu hambre.
Con el rabo entre tus nalgas ,desconfías ya del hombre
Aquel que colgaba medallas y alardeaba con tu nombre,
Siempre quedará en tu orgullo el reflejo de tus trofeos,
y de tu pasado triunfal sólo queda el recuerdo.