gatoconbotas_58

MuriĆ³ el gatoconbotas

La noticia empezó casi como un suspiro,
alguien se enteró y lo dijo,
fue poco a poco corriendo de boca en boca
y fue llegando a todos los oídos:
“murió el gatoconbotas”
¿Cómo fue? ¿Quién ha sido?
Las preguntas llenaron el aire
todos se preocuparon,

hasta aquel
que ni siquiera lo había conocido.
Lo lloraron sus viudas y sus amantes,
y una sola causa unió a amigos y enemigos,
“¿lo mataron?”,

“¿quien fue su asesino?”
todos hablaban de sus históricas hazañas,
mujeriego, traficante,

genio, divino…
para pintarlo no alcanzaban adjetivos,
verbos ni sustantivos,
todos y cada uno agregaba una palabra,
un poema, una canción…

todos querían despedirlo.
Todos imaginaban,

curioseaban, inventaban
y solo una mujer sabía de todo lo ocurrido,
sabía de su entereza como persona,
de su bondad, de su sonrisa,
de su ser casi como el de un niño,
de su pobreza y la lucha diaria
por mantenerse de pie y no ser un mantenido,
sabía que había un hombre común
lleno de planes, vivencias, emociones,
un hombre cualquiera detrás del mito…
Lo habían matado cuando le ataron las manos,
cuando dejaron de creer en él

y solo creyeron en el mito,
cuando un día dijo “te amo”

y ya no pudo escribirlo…
Ella sabía,
sabía de su gran amor y lo quiso,
lo lloró apenas,

acarició el aire,

respiró su voz
y lo cubrió de olvidos…