Nuevamente, sentada frente al ordenador, pensando en ti
Imaginando que harás cuando no te estoy viendo,
Si añorarás mi presencia o fácilmente te olvidas de mi,
amor, no hay un minuto en el que en ti, no esté soñando.
Llegaste como el sol en un día frío y nublado
Mi alma se helaba poco a poco, hasta que ví tus ojos,
Me enamoré de esa mirada de poeta o soñador
Que traspasó las barreras que había en mi corazón.
Si tan sólo supieras lo mucho que amo
Te arrojarías a mis brazos como lo hace un niño,
Con esa tierna confianza, sin miedo
Porque nunca mi amor, yo te haría daño.