Eduardo.

Desde el día que llegaste

Nada es igual desde el día que llegaste,

La obscuridad y el sufrimiento

Lograron que mis ojos voltearan hacia ti

Fue mi voz la que clamo tu nombre

Y es mi corazón quien a dejado de sufrir

 

Has abierto mis ojos,

Veo un mundo diferente,

Puedo ver tus planes en cada uno de nosotros

Quizá  las lágrimas quitaron el paño de mis ojos

Quizá tanto llamarte a quitado el candado a mi voz

Y ahora te veo y converso contigo

Y me respondes de tantas formas

Y sigo encontrando tantos motivos

Para seguir creyendo, para seguir orando

Motivos para buscar ser un mejor cristiano

 

No encuentro las palabras para agradecerte

La paz  que me ha dado la gracia de tenerte

No encuentro otra forma de decir GRACIAS

Que de la misma manera en que te encontré

Seguiré orando y creyendo en tu palabra

Seguiré orando y alimentando mi FE.