Voy dibujando tu imagen
con pincel del sentimiento
para colgarlo esta tarde
en el marco de mis sueños.
Con color o sin colores,
con detalles o sin ellos,
voy perfilando los bordes
alrededor de tu pelo
y me detengo un instante
entre tu cara y tu cuello,
donde diseño obras de arte
con mis besos y mis versos.
¡Que no se pare el pincel!
pues necesito un retrato
para hablar siempre con él
en silencio solitario.
Y tu retrato ha de ser
como yo siempre he soñado…
tu cara sobre mi piel
en un lienzo de Leonardo.
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