Relatos de un hombre...
Una víspera sin mañana
El frio y la humedad entrando
por el agujero de mi zapato
me calan mis maltratados huesos,
ya es tarde para ser tarde
volver al cuarto de pensión barata
con el equipaje de desaliento y frustración
ya es una rutina en mi vida,
primero busco un empleo,
después cualquier trabajo,
por último una changa,
siempre escuchando lo mismo,
"vuelva la semana que viene",
"lo llamaremos", "llene la ficha y aguarde"
"el puesto ya fue ocupado".
Paso de los cuarenta y cinco años
y parece que ya estoy en desuso,
para esta sociedad "moderna"
que mas se asemeja a una moledora de carne.
Experiencia y conocimiento no es requisito.
Dejo las dos últimas cuadras, antes de llegar
para pensar una excusa para dar
a la dueña de la pensión,
ansío pronto a la posilga entrar
para deborar el pan de ayer o anteayer
ya no importa, con mate cocido,
como único condumio, después beber
el resto de caña para anestesiar
el ronco de mis tripas y provocar el sueño.
Ya no rezo, entendí que Dios no atiende
los "economicamente inviables",
tampoco lloro, mis lágrimas secaron,
sufrir?... como con el alma encallecida?
no siento nada, ningún sentimiento aflora
solo espero este dia terminar
para recomenzar una víspera sin mañana.