Hoy desperté temprano.
Un hilito de luz, apenas, apenitas
colado en la ventana
besaba mi barbilla.
A sus pechos,campanas dadas vueltas,
brunidos por el bronce;
les nacían frutillas
erectas por el roce.
Mis manos en su quilla
bajaron escaleras,
hasta tocar soberbias
mojadas costaneras.
Yo me dejé llevar
fui todo sinfonía
y cuando ya su cuerpo
dió vuelta de campana
y terminó de hundirse
gallardo en su hermosura;
yo me qudé leyendo
cual naúfrago en la cama
la piel que me mostraba
su bella partitura.