LA PIEDRA Y LA FLOR
Bajo el manto de la luna
cantaba un ruiseñor,
en el camino del tiempo
florecía una bella flor.
Delicada y vanidosa
con la piedra se topó,
la piedra que era arrugada
y dura como un peñón,
al mirar tanta belleza
asombrada se quedó.
Y la flor le dijo a esta
con acento fanfarrón:
que me miras ‘vieja piedra’,
mi belleza te asombró.
Sé que eres dura y horrible
y que de ti, no se enamoran…
y yo tan irresistible
que al verme los sauces lloran.
Mas a ti, quien pondrá caso,
arrugada y vieja eres,
sigue mejor siendo piedra
pues así es como te quieren.
Y la piedra entristecida
a la flor le contestó:
¡Que sabes tú de la vida,
que sabes tú del amor!
Sólo eres flor pasajera,
eso eres… vana flor.
Tantas flores han pasado…
como tantas primaveras
sin embargo yo soy piedra,
arrugada y tal vez dura
pero lo bello se acaba
como pasa la hermosura.
De nada vale ser bello,
de nada sirve ser flor,
si no se tiene ese sello
de humildad y comprensión.
En la vida es mejor
tener los años encima,
tener limpio el corazón
y no lleno de mentiras.
Pues lo bello siempre pasa
y pasa sin experiencia,
es mejor crear conciencia
y no ser tan vanidoso…
¡Porque el tiempo nos enseña…
que lo bello no es hermoso!
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