“…porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero…” de “Corazón coraza” (Mario Benedetti)
Vuelvo al amparo de tus dulces versos,
como quien quiere cobijarse de este frío,
me acurruco en tu poesía y su tibieza
imaginando que estás aquí, que estás conmigo.
Te hablo como si te viera. Porque así lo siento,
en la helada mañana en que el sol no aparece,
en el aroma de la hierba mojada y con escarcha,
en el trino del ave temblorosa y solitaria.
Con cada uno de mis pasos va tu música
y son alegrías las notas de tu piano,
caminando entre nubes yo te sueño
y me adormezco con tu imagen y tu aroma.
Para que me sientas, te entrego mis poemas,
lluvias de mi verbo te acarician,
no dejes apagar tu clavel de matiz rojo
ni que muera mi rosa de tristeza.
Escucha mis latidos que son tuyos, y mi aliento,
hasta mi vida,
toma el vuelo multicolor de mariposa,
el aura cálida que bailotea en tus jardines.
Te arropo y a mi lado duermes, mi pequeña
hada de violines,
ensueño de bosques a lo lejos...
y conmigo,
una soledad que sólo reza
(y una lágrima escondida).
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
(Publicado el 16-07-2010)