Una pasión ardiente
dentro, muy adentro de mi corazón,
arraigada se encuentra, cual
embrujo abrasador.
Quemando mi alma, ahogando mi vivir.
Al mirar su hermosura
ganas tengo de clamar a los
cuatro vientos, cuanto la quiero.
En la profundidad de mi ser
se halla colgada, en el abismo de mi cordura,
la avidez de embriagarme,
con el néctar destilado de sus besos.
Veneno soñador que me lleva a la locura,
enajenando el juicio de mi existencia