Crujientes flores,
árboles tibios,
mariposas que aullan.
Melancólica piel que duerme,
libros sepultados,
pezones con pétalos,
calles sin pisos,
los senos de la luna
y el semen del solo que aún no llega.
Tu amor que me muerde
y ese espacio tuyo
que a mí me mira.
Te escribo a ti
la de ojos fijos,
río de carne blanca.
Si te pido que me mates
ámame
y si te pido que me ames
mátame.
Ahora mira bien y entiende,
que yo deseo estar muerto.