La sequía reinaba en todo el prado africano
El gato pardo tenia hambre, se sentía perdido
Levanto su cara al cielo rogando:
¡Dios, hágame un signo, haga que tu bondad me viene de lo alto!
Al cabo de un tiempo y al mirar entre las nubes,
vio el águila real que enseñaba a su hijo
Le aconsejaba donde hay que buscar y que presa hay que cazar.
Al ver el gato, le polluelo le pregunto a su padre:
¿Papa, me esta permitido cazar este animal?
El padre le respondió:
¡Hijo, nunca le hemos intentado!
¡Nos sabemos porqué nuestros abuelos nos lo han deconsejado!
Para prevalerse de su coraje,
el joven temerario se lanzo en picado
Sorprendido,el felino le corto el cuello en seco,
balbuciendo su agradecimiento al divino
Mi cuento viene de un refrán árabe que dice :
¡No preguntes por el no debido!
¡Porque si te desvela, te hará mucho daño!