Deja ver en mí, el reflejo de tu alma
aquella luz, oscura claridad que escondes.
Odia al silencio, aquel grito callado que enmudece en ti,como encerrado en mi garganta.
No perturbes la pura armonía de mi existencia.
Juega a ser arena corriendo por mis manos y siente libre aquel cielo liviano de plomo, que cansado descansa en tu espalda.
Deja al viento soplar, secando el llanto tibio que recorre empapando tu rostro.
Abraza mi ánima como enredando al cuerpo y cuenta a tu oído esa triste historia como si fuese en realidad un cuento.
Anímate a saltar al vacío de mi mirada perforando mi atención y dame esa locura que transparente ocultas.
En esa cama de estrellas gemelas hazme un lugar, que dormiré eterno contemplando la mágica perfección.
Seré yo para tí veedor... y serás para mí el sol.