Romanticologo

UN VERSO AL ALMA

Las nubes  marchan bajo el color del alba, las primeras luces que regala el firmamento junto al sonido relajado de aves cantando que parecen estar dirigidas por Dudamel en la punta de un árbol, brinda al espíritu la claridad de perspectiva de la compleja vida que se manifiesta en las adyacencias de las paredes que a mí me brindan respaldo.

 

Cierro los ojos, y siento como mi alma se eleva de mi cuerpo para viajar a un paraíso eterno que brilla en la nebulosidad de tanta maldad ajena a los deseos del comandante de los cielos, me olvido de los problemas que  arraigan mi simple existencia, por un segundo puedo sentirme libre de este mundo tan material, y volar a los sin fines de belleza de la vida eterna y que es libre de la perversidad.

 

Mi mente que es revitalizada, mis ojos que comenzaban a quedarse ciegos eliminan la posible miopía que vivía mi mirada, la brisa que choca contra mis hombros y los brazos extendidos que me mantienen a flote en este viaje que parece ser una fantasía, van revitalizando el ánimo y voluntad de unos sueños que comenzaban a quedarse atrás.

 

Exploro todo tipo de paisaje que bajo la atmosfera puede descansar, y por si fuera poco juego con los satélites que adornan el cielo. Sigo con mi viaje y junto a una manada de estrellas fugaces me encuentro, para sentir como su magia cae sobre las montañas que avistan mi vuelo, y que da vida a todas las flores que morían por otros factores exentos.  

 

Luego de tan lindo viaje por la impertinencia de un vuelo esclarecido del alma, regreso a mi cuerpo que con el tiempo se va a ir marchitando, y me doy cuenta de cuan maravillosa puede ser la vida, pero los problemas que pueden tornarse duros en el camino a veces puede nublar la vista, y perder así los objetivos. A veces me pueden hacer discernir de metas, bajar mi autoestima, sentirme que no soy capaz de dar todo lo que puedo, pero siempre con fe ilimitada podrás lograr todos tus deseos, porque junto a ti se encuentra un Dios que a diario vela por ello.