TRISTES RECUERDOS:
Qué triste fue ojear ese álbum que encontré en el fondo de un viejo baúl, recuerdo emocionado, que busqué una silla coja arrumada de un rincón y sentándome, comencé con mis manos a apartar el polvo que el viento nunca se llevó, dejando al descubierto ante mis ojos un espacio de vida, casi olvidado, congelado y que fue la historia de un ayer, tan querido, formándoseme un nudo en la garganta, que ahogándome me hizo toser al revivir tantos añorados momentos con detalles que viví, junto a ti, arrancándome unas lágrimas que descuidadamente corrieron lentamente por el rostro, hasta caer en algunas de esas amarillentas fotos en blanco y negro, manchándolas, marcadamente para siempre por el dolor padecido de mi corazón, reflejado por el alma en mis entristecidos, ojos...
Qué triste fue ojear ese álbum que encontré en el fondo de un viejo baúl, pero desgraciadamente, la soledad curiosa, pudo más que la sensatez de haber dejado tranquilas y sin alborotar las arenas del tiempo por los amores muertos y enterrados y sin pretenderlo, desperté un pasado testigo adherido al corazón y desde ese fatídico día, por la imaginación como una maldición escrita al crujir viejas heridas ya cicatrizadas, desde entonces, cada noche desveladamente, ansío tu presencia aquí en mis brazos, reclamándole al cruel destino por tu ausencia, al nunca saber claramente a donde fue el amor que nos juramos, con su divina atracción de juventud, por esos sueños a conquistar, con ese cariño que nos solíamos tener, tomándonos las manos al pecho, mirándonos fijamente, enamorados, regalándonos una sonrisa y un beso.
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Sergio Yglesias García
caracas, 30/04/2012 10:30 PM.