Mi cuerpo un caminante ha recorrido incansable los senderos de tus llanos, ha explorado incontables veces tus caminos alimentandose de los frutos de tus partes,bebiendo sediento de los fluidos de tu esencia, esos que se derraman como el agua clara en una pendiente a tus piernas llegando evaporados a tus pies, base de apoyo de tu perfección...
Cuántas veces me he perdido en tu selva, cuantas veces tu aroma me ha conducido a tu boca, volcán ardiente donde me quemo sin sentir dolor y allí me perdí sintiendo tu lengua rozar la mía.
Subí y bajé por tus colinas, descalzo conocí tus llanuras y saboree tus dulzuras, las mieles que segregan tus poros.
Me arroje sin pensar a las profundidades, donde experimenté el placerde tus manantiales, nadé con tus sirenas, me enredé en tus algas, floté en tu humedad hasta anclar en tu cintura... escalé a tus pechos haciendo de ellos mi almohada y pude dormir sintiendo el latir de tu corazón...
Mi cuerpo un caminante recorrió tu mundo haciéndolo mío.Grabé en mis manos el altas de tu piel, el frío de tus polos, la profundidad de tus océanos.
Estudié tus puntos, los límites y fronteras de tus firmamentos y como si fuese un sueño, desperté...