Nuestra vida es como rueda de carro, va dando vueltas y vueltas, siempre por caminos; hoy difíciles mañana llanos, pero siempre pasamos por el mismo.
Vamos encontrando baches, charcos y piedras puntiagudas que ponen en peligro la seguridad de nuestro carro.
A semejanza es nuestra vida, va dando vueltas y vuelta, encontrándonos en nuestro caminar, algún que otro individuo que nos pone la zancadilla, imitando el bache del camino.
Nos encontramos charcos de lágrimas, derramadas por nosotros mismos, que embarran nuestro paso por los caminos duros de la vida.
Para mas dolor, la muerte nos va poniendo aun mas difícil el caminar por la vida; nos sale al paso, puntiaguda, dolorosa e inevitable; llevándose a cada golpe de rueda algo amado y no somos capaces de esquivar, pues en nuestro rodar siempre esta al paso.
Cuando tropezamos con algunas de estas trampas y la rueda se parte, todo termina, todo acaba, si no tenemos fuerza para sacar al carro de tan difíciles obstáculo
Por eso hermano mío, alerta al camino, ve siempre recto, mira hacia delante del camino, no dejes que las rodadas de rueda dejen de caminar sin dejar huella.