El culpable fue el jacuzzi
Cuando emerges del agua, eres tan bella…,
que las gotas resbalan por tus brazos
algunas brincan sobre tus ojazos
y otra en su trajín sólo destella.
Inmutable sería decir que ella
la gota que fluía en tu cintura
me amorecía ¡amor! Por su querella
siendo en lo recóndito una tortura.
La toalla rozaba y yo veía
como las gotas una a una morían
en tu piel se paseaba el paño
y me causaba mortal daño
La caricia ¡no…! No era mía
pues la toalla y el agua en su regato
provocaron en mí cierto recato.
===================================== Jacobo “elpoetairreverente”