Conocerte…
más que dicha,
más que suerte,
es bendición de Dios;
el sentirte caminar por mi ser
es el mejor regalo
que la vida me dio.
Conocerte…
más que casualidad,
más que oportunidad,
es un obsequio a mi vida varonil
que no quiero dejar tener,
gracias te doy por existir.
Conocerte…
más que quererte quitar,
más que querer recibir de ti
tiene una gran verdad: unir tu yo y mi yo
ambos seguro estoy
somos el sujeto y el predicado
de una hermosa oración.
Conocerte…
más que un deseo varonil,
más que llegar a una meta
es alimentarme de tu ego fémino,
ese ego en el que proyectas
toda la ternura,
toda la pasión,
todo el amor
de mujer.
Conocerte…
es magia,
vivo en
otro planeta,
otra ciudad,
otro yo.