Manos cansadas, quizás bellas,
puede que sean muy jóvenes,
pero seguro con experiencia,
no juegan, al menos conmigo.
Ojos de miel, quizás de cielo,
puede que de un vivo prado,
pero seguro, que son de hielo,
no de fuego, al menos conmigo.
Corazón de rubí, quizás zafiro,
puede que de algodón sea,
pero seguro que tiene brillo,
no palpita, al menos conmigo.
Puede que la musa, la que quiero,
no tenga sentimiento, ni corazón,
o puede que tenga algo de miedo
por quererme tal y como soy.