Y solo oyes mi voz llamarte a lo lejos
en ese recorrido,
mientras piensas si no te equivocaste de camino,
que a mis brazos llegaste a parar...
y en una noche intensa,
el aroma del amor mezclado con el vino,
nos empezaba a embriagar;
de a poco fuiste soltando tus sentimientos
y los susurros como viento,
tus prendas deslizaba por tu cuerpo a medio desnudar
y mis manos aventureras
sin conocimiento alguno
recorrian los parajes de tu piel y,
jugando con tu pelo empezaba a temblar...
mientras desemfrenada galopabas por los instantes,
cada rincon de mi cuerpo,
y tu brisa fresca en mi pecho...
y yo tatuanto en el tuyo mi besos,
clavando mi nombre en tu corazon...
la luna nueva de papel los ilumina,
su luz al entrar por la ventana,
complices de un amor primero...
las velas consumirse con su fuego...