Mis razones para amarte son numerosas
porque desde que vi tus bellos ojos
entendí que eras la más hermosa
y anhelé probar tus labios melosos.
En verdad que no olvido tu sonrisa
ni la primera vez que me aceptaste
porque la alegría surgió sin mucha prisa
al saber que tu corazón me confiaste.
He notado que tienes cuidado al hablar
para que no se arruine el momento
que, según nosotros, es muy especial
al hablar de nuestros sentimientos.
Más de una vez me robas la atención
con cada gesto que me invita a quererte
así esté equivocado y no sea tu intención
es tan difícil, para mí, dejar de verte.
Me tienes conquistado y mucho más ahora
con todo lo que haces por hacerme feliz
regalándome lo más bello que me enamora
y que me invita a ir en busca de ti.
No sé qué sucede, pero cuando te escucho
desearía sólo abrazarte dulcemente
y aunque, por amor, siempre lucho;
estoy convencido que eres la más valiente.
Gracias por formar parte de mi vida
entregándome todo lo tuyo por amarme
con actitud bondadosa y sin ser desabrida
tu amor has conseguido demostrarme.