Romperé el silencio en tu boca,
dándole muerte a cada una de tus palabras;
abrázame fuerte no me sueltes,
no quiero olvidar esta última mirada;
saldrán de tu boca los amantes
escribiré en mis versos mil abrazos.
Mírame de frente sin decir nada,
mírame a los ojos sin tus lágrimas;
que en tu llanto nacerá una carcajada,
saber que en mis palabras no escondo nada
cierra los ojos no digas mas nada,
dile a los rencores que se vayan,
quedaremos los dos solos en una mirada,
no les des la espalda a los recuerdos
que sin ellos no existe el mañana.
Tocare tu vientre con mi espalda
dejando volar las caricias guardadas;
en tus manos aparecen las palabras.
Deja de llorar, no pienses en mañana,
estaré contigo aunque me vaya
desvestiré la sabana de tu piel
sentiré en tu pelo los últimos versos
empuñando en tu cuerpo mi alma,
amare el lamento en cada mañana
como aman los padres a sus hijos.
Deja que mi cuerpo no diga basta
sentiré en mi oído tu último llanto,
en el recuerdo estarás en mi cuarto;
deja el motivo color ausente;
sabes que contigo estaré siempre.
Sentirá mi lagrima correr por tus labios
sentiré en mis labios tus dulces besos,
la vida que viene en cada silencio,
quedara en mis ojos tu cuerpo desnudo
sobre una niebla de pasiones y sentencias.
Ricardo Nogal.