Jugando con sus amigos
aquel juego de época grata,
el que llamaban “El escondido”,
jugaba la señora vaca.
Todos fueron a esconderse
juntos detrás de las matas,
pero a lo léjos podía verse
el cuerpo de doña vaca.
Pobrecita la amiga vaca
pues ella no puede entender
que este gorda o esté flaca
nunca se puede esconder.
Alejandro J. Díaz Valero