En silente descansar,
sueña éste pueblo dormido.
Que sin querer despertar,
persigue un sueño querido.
Después de tanto soñar,
poco o nada ha conseguido.
Harto de tanto callar,
en pie se levanta erguido.
En ruidoso caminar,
marcha éste, mi pueblo unido.
En su enérgico marchar,
regurgita su pedido.
Alza en voces su pensar,
a conciencia resumido.
Grita el pueblo al despertar,
solitario y aturdido.
Cansado ya de esperar,
su voz se vuelve rugido.
Ruge el pueblo al avanzar,
con paso firme y decido.
Solidario en su accionar,
cumple con su cometido.
Al marchar y denunciar,
el maltrato recibido.
Busca pueblo vindicar,
su condición de oprimido.
Sordo y mudo gobernar,
de improbidad conocido.
Que en su fingido ignorar,
su función ha corrompido.
Marcha el pueblo a denunciar,
la falta al deber cumplido,
negligencia al operar,
burocratismo asumido,
incapaz de aglutinar,
el tesón que es requerido.
Su ciencia de gobernar,
es cerrar al pueblo oído,
incapaces de escuchar,
la voz de un pueblo afligido,
que se niega hoy a callar,
trato injusto recibido.
Marcha el pueblo su marchar,
marchando camina unido.
Hermanado refrendar,
un pacto de honor y olvido.
Ya se cansó de espera,
exige acuerdo cumplido.
El honor de gobernar,
en engaño convertido.
Hace bien al desconfiar,
del que su honor ha vendido.
No desmaya en su gritar,
valiente pueblo aguerrido.
Que no deja de soñar,
el futuro convenido.
No lo sabrán acallar,
no se dará por vencido,
le es menester restaurar,
la dignidad que ha perdido.