Nadie

Hambre

Mi cuerpo adora el hambre,
hambre inagotable, imparable,
hambre de la ausencia y del pasado,
hambre que se oculta y que desgarra,
que hiere y que lisonjea,
que ama y que abandona,
hambre que genera más hambre...
Mi hambre sólo se alimenta de los desiertos
y de los claveles muertos.