Diaz Valero Alejandro José

Vivencias inéditas de una Barriada (Cuento) 6/6

CAPÍTULO 6. El Final de la Película


Allí estaba, tirado en medio de la calle. El perseguido había sido ejecutado por un franco tirador que había llegado en una de las patrullas de la policía; según y que traía la orden de matar ya que el delincuente no había obedecido a la voz de arresto y había enfrentado a la policía poniendo en peligro la vida de todo el vecindario.

 

El policía que había sido herido, era el inspector que comandaba la operación, dicen que su idea era arrestarlo y por eso nunca le disparó a matar, pero el delincuente no pensó igual; lo hirió de muerte y minutos después falleció.

 

El franco tirador ya no podía esperar más, debía concluir la operación y eso fue lo que hizo.

 

Cuando Héctor salió a la calle no pudo ver el cadáver, ya la policía había hecho el levantamiento y se lo habían llevado. Eso lejos de desanimarlo le fue indiferente, ni él mismo sabía cómo hubiese reaccionado al ver aquel cadáver de un desconocido en medio de un charco de sangre arrojado en medio de la calle.

 

Héctor no sabía que aquellas escenas vividas en su barriada, ocurren a diario en muchas barriadas del mundo; él pensaba que aquella escena era exclusiva de su estancia, y eso irónicamente le producía cierta satisfacción, pues el haber presenciado (al menos en parte) aquel acontecimiento, lo hacía sentirse protagonista de la barriada, donde no hubo luces, cámaras filmadoras ni artistas haciendo las escenas, sólo había gente del barrio que grabaron en su mente, tal vez para siempre, el imborrable recuerdo de un delincuente ultimado en la avenida trece.

 

Cuando los vecinos se iban retirando de la escena, algunos curiosos reconstruían lo ocurrido, y daban explicación de lo acontecido; mientras tanto, Héctor silencioso escuchaba sin poder agregar nada. Eso le hizo recordar las tantas veces que se quedaba dormido viendo la televisión y se quedaba sin ver el final de la película…Así le pasaba algunas veces cuando veía el Gran Chaparral.

 

Aquel hombre cayó ajusticiado

pagando su prontuario criminal

y Héctor quedó desconcertado

sin poder ver el capítulo final.

 

Inédita historia de una barriada

contada, casi cuatro décadas después…

Yo fui el Héctor que protagonizaba,

el que hoy escribe con mucha avidez.

 

Amigos, doy así  por concluida

esta historia de mi barriada

son historias que no se olvidan

y por eso quise relatarla.

 

FIN.