Hoy no te escribo a ti ni a mí -ni al árbol de la esquina-
mucho menos
al jodido poste deteriorado por los años
quizás a esta calle
donde mis huellas dejo
estigmas del recuerdo
(pero no sé por qué escribo)
Quizás sea el calor que aturde mis sentidos
en este atardecer incontrolable
y turbio
pero puedo escribirle a esta computadora
que aunque no es mía
me sirve de desahogo
a su teclado en su tictac continuo
…puedo describir en una breve asonancia poética
a mi desgano
(es posible que me quiera dar gripa
o explayar simplemente: me arde la garganta
y quiero desprender hasta la campanilla)
Entonces no estoy solo tengo mi enfermedad y mi desgano
que puedo compartir -que sé que existe-
Así nos sorprende el alba cuando aún no hemos despertado
o quizás no despertemos
cuando amanezca.
Pero mientras sucede mientras llega la hora
dejemos que la mascarada de esta vida
siga danzando con su falsedad sombría
porque donde
hay una risa efímera
un llanto nos aguarda.