Quizá nunca mire tu rostro,
quizá nunca bese tus labios
y tus manos tan ansiadas
quizá nunca las tenga cerca.
Tal vez no pueda escuchar
como me cantas,
ni pueda llegar al fondo de tu alma,
pero ahora lo que siento
es que me tienes enamorada.
¡Qué importa que no te toque!
¡Qué importa que no te vea!
si con solo recordar tu nombre
brilla en mi corazón una estrella.
En mi no hay conciencia,
yo sé que tal vez no me quieras,
pero mientras dura esta condena
me tendrás para ti sonriente.