No miento por rebeldía
y tú lo haces ya que el pavor denota vencimientos
justo antes de que el vuelo de los últimos ciclos
consuma nuestra forma de malvivir.
Ojo por ojo es motivo de reyerta continua.
No aprietes el puño si tu alma está obsoleta
o lo crudo de la imperfección que te circunda
decreta más logros que condenas.
Los días en tus manos lánguidas
son armatostes por detonar…
Aprietas los labios y no entra el aire,
masticas sospechas aunque no sean más
que severas ingenuidades.
No falseo por rebeldía,
no lo hago por considerarme yo
una persona íntegra,
sólo es que tras toda verdad se esconde
una ráfaga sangrienta
dominada por el furor del látigo vital.