Amanezco cada vez que te pienso, eres como el sol para el puñado de tierra donde nace un clavel, mi pecho se convierte en el Este de mi y todo yo en un amanecer…
Amanezco, desinteresadamente como los olivos fijos, como el puntual trigo, como el pintor delante de su intacto lienzo, amanezco si, cada vez que te pienso…
Y es que amanezco, como un volcán que olvidó dormir, como un abismo que nunca se arrodilló y ve la luz del día, como un relámpago de medio día sin descenso, así amanezco… cada vez que te pienso.
LRL
2-5-2012