¡Y TODO CONQUISTÓ LA HOJA!
Eva vagaba aún desnuda,
hermosa entre todo lo creado,
sin temor del hombre distraído.
Mas un día reflejó su rostro
en el espejo sereno de las aguas,
y al mirar también su cuerpo
sintió vanidad por ser tan bella.
Entonces una hoja diminuta
fue disculpa, para esconder
del hombre su sitio del deseo.
Quiso dejar descubiertos
sus senos y sus labios
para tentarlo con el…
pecado ingenuo de mirarlos.
Y al asegurarse la conquista
dejó que le robara un beso.
Así empezaron las pasiones,
los amores, muchos odios,
tantos celos y la envidia,
y fueron las extrañas y variantes
formas de las hojas, el arma
secreta que nos seduce todavía.
De: Palabras al borde del amor