Me lleva la vida -Afuera las sombras; desvanecen en noche-
-Voces llaman mi boca- en la sed des-dibujo tu nombre.
Afuera pierdo los labios, afuera en tu piel...
(No es tristeza; es el día que remueve mis costillas)
Sí se detiene el reloj del techo
pegado en el chicle del mesón,
en la estirpe de la humedad
donde has caído en un beso;
me detendré para obviar la vida;
y aniquilar el aire,
para, que; quedemos solos,
junto a la ausencia del motor
en la cavidad de tu pecho,
donde sobrevivo para
alcanzarte la voz...
Y donde muere
para perder
este nombre
furtivo
en la soledad
de recordar; recordarte
que fuera; estás tú,
caminando con los cabellos
sobre mi cuello;
en el beso
agonizando en la noche
tú noche; tomando mi boca
en el grito
de pies
llamando
a la renuncia
de la caída de este sudor; sobre las sonrisas del pavimento...
(No rías, asesina este lamento; asesina la sangre que se adentra en la tubería de tus párpados, siendo sangre de mi sangre; y en las cenizas carne; y en el alimento, orgasmo más allá del tiempo)