Suena guitarra, suena…
nunca dejes de sonar,
esa dulce melodía
que al compás de su fémina cintura,
pone mis ojos
a temblar.
Suena guitarra, suena…
nunca dejes de sonar,
cada cuerda de tu cuerpo
suénala sin parar
mientras en ella pienso,
y déjame,
en cada nota que de ti brota
¡ay!
déjame su yo besar.
Suena guitarra, suena…
nunca dejes de sonar,
esa dulce canción de amor
que entre ella y yo
siempre viene y va,
tócala sin prisa,
¡tócala!
y sin miedo
vuélvela a tocar
pues
sin miedo y sin prisa
para siempre
yo la quiero amar.
Suena guitarra, suena…
nunca dejes de sonar,
alimenta mi eterna ganas de tenerla
mientras sé que escuchándote está,
yo, acá, en la acera del silencio,
ella, allá, en la acera de su soledad.
Suena guitarra, suena…
¡Nunca dejes de sonar!