Una mesa de madera,
varias monedas encima
un reloj para que marque
la hora que está prevista.
Si a cristo lo vendieron,
solo por 30 monedas.
¿Qué no podran comprar
con las monedas queridas?.
Dicen que el dinero,
es un poderoso señor.
En manos de un hombre,
sin prejuicios, es valor,
de lo que quiera comprar,
así sin igual
se paga hasta la verdad,
para convertirla en mentira.
Si el interés es el que manda,
el poder se necesita
y empieza a clavar cristianos,
budistas o mahometanos.
No importa la religión,
o condición bienhechora.
Siendo el resultado,
del hombre que busca ahora,
ese poder de mandar
y debajo de su bota
llegar a recordar,
los tiranos en la memoria.