¡Pues claro que habla el silencio!
Dice tanto… al escucharlo,
sus palabras son canciones,
solfeando por el tiempo;
con luces en la distancia,
que alimentan los recuerdos,
de aquellas sombras que pasan.
Va nutriendo el aposento.
¡Y es que el habla con el viento
del sur, y trae sonatas,
que en la acústica se escuchan…
Son voces de mi añoranza.
¡Y oigo la voz de mi madre,
cual susurro que me hablara!
¡Con el canto de la luna ,
en las noches estrelladas!
Está el eco edulcorado,
con arpas de la nostalgia,
que en su garganta resuena.
¡Porque el silencio, me habla!